A pesar de los esfuerzos, el poder del crimen organizado rebasa fronteras.
Mucho se ha hablado de la penetración del narcotrafico en las instituciones mexicanas, este ha sido uno de los temas fundamentales en las reuniones entre el Presidente Barack Obama y el Presidente Felipe Calderon durante esta semana en Washington. Sin embargo, poco se menciona sobre el peligro que posa el narcotráfico en los Estados Unidos. Los señores del narco ya penetraron instituciones claves. Las investigaciones por corrupción en oficinas gubernamentales en los Estados Unidos de América aumentaron mas de 200 por ciento en los útimos cuatro años. Las oficinas más afectadas son el Servicio de Aduanas y Control de Fronteras (CBP por sus siglas en inglés) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La mayoría de los casos ocurren en ciudades fronterizas de Texas, California y el estado de Arizona.
En marzo del 2010 James F. Tomsheck, comisionado adjunto de la oficina de asuntos internos de aduanas y protección fronteriza escandalizo a los miembros del congreso estadounidense cuando dijo que los narcos mexicanos habían llegado al extremo de querer posicionar a sus representantes como agentes aduanales y de la patrulla fronteriza. Este descaro del crimen organizado, ha hecho que los candidatos a trabajar en estas dos agencias deben someterse a un exámen adicional: el del polígrafo. Se estima que tan sólo en CBP habrán más de 19 mil investigaciones por sospecha de colaboración con los grupos criminales. El Servicio de Aduanas y Control de Fronteras informó que hasta el mes de noviembre del año de 2010 tenían 15 casos de corrupción entre sus agentes y 114 arrestos.
Dos décadas atrás, el gobierno estadounidense comenzó a detectar los origenes de los primeros 28 casos de empleados del Departamento de Aduanas de los Estados Unidos y del Servicio de Naturalización e Imigración que fueron examinados por crimenes de corrupción derivados del narcotráfico según revela el informe del documento publicado por la Oficina de Responsabilidad (GAO por sus siglas en inglés) con número de expediente GAO/T-GGD-99-86.
En la investigación diez inspectores de migración resultaron culpables, siete inspectores aduaneros, seis agentes de la patrulla fronteriza, tres agentes de seguridad del INS, un oficial de la policía canina y un especialista de análisis operacional del Departamento de Aduanas. En diecinueve de los casos, los trabajadores actuaron solos y en el restante se vieron involucrados dos o más empleados del Departamento de Aduanas. Trece de los crímenes sucedieron en el estado de Texas, 10 en California y 5 en Arizona.
Informe de la GAO publicado en abril 1999 |
Entre las actividades ilicitas destacan el permiso de cruce a vehículos con cargamentos de droga, proporcionar inteligencia logística a los narcotraficantes, revelar información sobre operativos antinarcóticos y aún permitir la venta de droga en territorio estadounidense.
La mayoría de los casos en el reporte de la GAO indica que los agentes cometieron los crímenes debido a problemas económicos relacionados con deudas, mujeres, y chantajes personales.
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