Una pelea de gallos por las telecomunicaciones…

En los últimos días  se ha desatado una  guerra de millonarios en México. Televisión Azteca y  Televisa se enfrenta contra Teléfonos de México, TELMEX.  Los dueños de los tres corporativos, están entres los 10 hombres más ricos de México.  ¿Por qué la pelea? Porque Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y Emilio Azcárraga Jean, quieren jugar con los cachivaches de cada uno. Slim quiere añadir a su oferta de Internet y teléfono, servicios de televisión abierta y por cable - lo que se llama Triple play-. Lo mismo quieren Salinas Pliego y Azcárraga Jean. Ellos quieren que el negocio de telefonía celular reduzca sus tarifas de interconexión que sólo pueden ser contrados con la empresa de  Carlos Slim  TELCEL de México. Televisa aun no se recupera de la pérdida de un negocio multimillonario con Nextel que le hubiera dado entrada al mercado de cuádruple-play, que es internet, cable, televisión terrestre y telefonía celular. Los tres magnates y sus compañías causan odio y admiración en todos los mexicanos. Sus empresas son prácticamente monopolios—que cobran cuotas muy altas con poca competencia.  

Pero ahora, los tres magnates están jugando a ganar el concurso de “quien llega al corazón de los mexicanos”. Anuncios, desplegados, notas  informativas, comunicados en periódicos y sitios web son las armas que han utilizado para atacarse entre sí, sacar brillo, utilizar la infamia, mentiras y pintarse como la víctima de la batalla para obtener un mejor puntaje en la opinión pública y de los consumidores. Toda esta pelea refleja los aspectos negativos de una concentración de riqueza y poder económico como bien fue descrito en  el documento de Wikileaks que se tituló los hombres más ricos de México. 

Amigos y enemigos.

Como en las telenovelas, el melodrama  que protagonizan las empresas Azteca y Televisa se basa en antagonismo, que se convierte en amor cuando se trata de proteger su negocio de la entrada de nuevos competidores.  En el 2006, Rafael Díaz Granados, Jefe de General Electric México, denuncio una campaña de desprestigio de parte del duo Azteca-Televisa contra su grupo, la compañía estadounidense Telemundo y la familia Saba (también en el grupo de 10 millonarios) cuando estos intentaron crear un nuevo canal de televisión mexicano.  

Hoy las cosas  parecen igual pero sin la presencia de un árbitro. El Gobierno de Felipe Calderón por ahora  se ha quedado fuera del conflicto, pues se trata de un ámbito entre particulares, pero  en ambos casos  se toca un tema desconocido para la mayoría de los ciudadanos: el del espectro radioeléctrico—un gran mercado aun por explotar en México. La Comisión Nacional de competencia ha recomendado al Presidente reducir las tarifas de interconexión para que cualquier empresa de telefónica que entre a México tenga que pagar a TELMEX, porque ellos son los dueños de la infraestructura y del cableado de cobre por donde se transportan las señales. También la Comisión Nacional de Competencia  ha pedido que se permita la creación de una nueva cadena de  televisión abierta con el fin de ampliar la oferta televisiva. Las dos recomendaciones no tienen el visto bueno de Azcárraga Jean, o Salinas Pliego.   Por el momento TELMEX, propiedad de Carlos Slim, cuenta con un candado que le impide ofrecer el servicio de televisión restringida, telefonía abierta, internet y televisión por cable.

Los empresarios del  duopolio televisivo se reúnen  de nueva cuenta para evitar la llegada un una tercer cadena televisiva  que  al  final de los tiempos  otorgaría mayor información y oferta para el televidente. Por el contrario, las empresas telefónicas buscan mayor competencia en el mercado viéndose esto reflejado con  mejores tarifas para los más de 80 millones de  usuarios de telefonía móvil en México y no para continuar con el monopolio en las telecomunicaciones. Un juego en donde el árbitro deberá actuar sin titubeos.