Poco después de las 10:30 de la noche del miércoles, un grupo de hombres armados ingresó a las oficinas del periódico El Sur, en Acapulco, y rafagueó las instalaciones.
El comando armado roció gasolina dentro del periódico y le prendió fuego, quemándose únicamente el cableado del conmutador. Después de esa acción, parte del grupo armado empezó a disparar sobre la fachada del inmueble mientras otros sujetos se enfocaron en balacear el primer piso, lugar donde se encuentra la redacción y un cuarto de editores. En el interior del inmueble sólo se encontraban un fotógrafo y 10 trabajadores que se encargaban de editar el periódico; el ataque no dejó ninguna persona lesionada.
El director del periódico, Juan Angulo, comentó que “El Sur” ha tenido varios conflictos con el gobernador del estado de Guerrero, Zeferino Torreblanca, y no descartó que el ataque haya sido un acto de intimidación por parte del político. Según la agencia de noticias EFE, las críticas a Torreblanca resultaron en un bloqueo de la publicidad con las dependencias estatales.
El ataque a El Noroeste sucedió un mes antes. Dos sujetos armados dispararon en contra de las oficinas del periódico sinaloense a al negarse este a difundir información sobre las acciones delictivas de un cártel. Sin embrago, las amenazas no terminaron ahí. Al día siguiente, directivos del periódico denunciaron que la misma voz que los extorsionó vía telefónica antes del ataque a balazos a sus instalaciones exigió 200 mil pesos con la amenaza de hacer explotar el edificio.
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