¿El fin de La Familia Michoacana?

Pese a la detención de José de Jesús Méndez Vargas, alias “El Chango”, líder del cartel de la Familia Michoacana y presunto autor intelectual de la explosión de una granada en Morelia durante los festejos de la Independencia del 2009, el gobernador del estado de Michoacán, Leonel Godoy, cree que aún no puede darse por acabada a la organización criminal.

Godoy expuso que antes de la captura de Méndez Vargas, el grupo criminal ya se había fracturado en los grupos de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios y que existe una gran probabilidad de que ambos continúen peleando por el control de la entidad. "Tenemos que ver más adelante cómo evoluciona, cuál es el grupo que se hace hegemónico; no podemos adelantar vísperas, en mi opinión creo que tenemos que estar siempre en estos casos con mucha cautela, es mejor hablar poco y actuar más", manifestó el mandatario estatal.

A su vez, la Policía Federal alertó que la organización busca mantenerse activa a través del trasiego de cocaína y mariguana en autobuses de pasajeros y camionetas 

De acuerdo con las autoridades, lo que sobrevive de La Familia Michoacana ha reactivado al menos dos rutas de tráfico: una que parte de la ciudad de Tuxpan, Michoacán y otra del Estado de México, donde se usa como centro de operación el municipio de Chimalhuacán. Ambas recorren parte de las entidades de Guanajuato y San Luis Potosí y confluyen en Reynosa, Tamaulipas, desde donde se organizan salidas rumbo a Estados Unidos, específicamente la ciudad de Houston, Texas.

El domingo pasado también fueron encontradas narcomantas dirigidas al presidente Felipe Calderón y  Alejandro Poiré, quien después de la detención de “El Chango” declaró que La Familia Michoacana había sido completamente destruida. En estas el grupo criminal avisa que sigue vivo y está preparado para pelear una guerra en contra de Los Caballeros Templarios.

La organización criminal de la Familia Michoacana fue fundada en 2007 por los narcotraficantes José de Jesús Méndez Vargas, Nazario Moreno González y Servando Gómez Martínez, operando por casi cinco años en el estado de Michoacán y la zona limítrofe del Estado de México y Guerrero.