miércoles, 24 de agosto de 2011

Huyendo de la violencia, joven estudiante encuentra barreras culturales en su nuevo país

Texto de Mariel Torres dentro del proyecto MEXODUS
EL PASO —  Mariana había soñando toda la vida con su quinceañera. Durante meses ella y su familia planearon la celebración, atentos a todos los detalles, el salón, su vestido, un pastel grande, las invitaciones ya enviadas. Pero faltando precisamente una quincena antes de la ocasión, una pandilla entró a su casa y la secuestró.

El primero de abril de 2009, 20 hombres con uniformes de la policía mexicana irrumpieron en su casa en un pequeño pueblo del estado de Chihuahua, golpearon a su padre amenazándolo a él y a la familia entera. Se la llevaron por dos días y una noche. La familia de Mariana tuvo que pagar ocho mil dólares para que la devolvieran.
Este acontecimiento traumático cambió dramáticamente la vida de la familia de Mariana. Por el temor de volver a perder a su hija sus padres decidieron huir a los Estados Unidos abandonando sus propiedades, parientes, amigos, en fin, todo lo que hasta ese momento había sido su vida en Chihuahua.
“Sé que estamos aquí ilegalmente, pero por lo menos ahora dormimos tranquilos”. Mariana dijo, “Si tenemos que escoger entre la muerte allá y la prisión aquí, la cárcel sería mejor”.
Actualmente Mariana está inscrita aquí en la preparatoria El Dorado High School, una más de tantos estudiantes obligados a abandonar sus escuelas, sus amigos y adaptarse a un sistema educativo nuevo, el sistema escolar público de Texas. Debido a su condición migratoria precaria le pidió a Borderzine que no publicara su apellido.
Ya en los Estados Unidos no solo es difícil encontrar nuevos amigos, sino también es difícil adaptarse a un idioma y tecnología nuevos que jamás había visto. Además de verse atrasada dos años por no saber inglés.
“La vida aquí ha sido muy difícil porque no sé inglés y no salgo”. Mariana sigue, “En la escuela muchos me han ayudado mucho porque no sabía nada. No sabía usar una computadora, pero ahora sí sé. En mi pueblo no teníamos internet ni nada. Ha sido un cambio muy grande”.
El número de alumnos inscritos en el programa de inglés como segundo idioma [ESL por las siglas en inglés] de El Dorado High School ha aumentado durante estos últimos cuatro años. En el año escolar de 2006 – 2007 El Dorado tenía un total de 143 estudiantes. Ese número ha aumentado hasta contar con 204 al terminar el año escolar 2009 – 2010. Sin embargo, según el portavoz oficial del Distrito Escolar Independiente de Socorro [SISD por las siglas en inglés], Daniel Escobar, el aumento no se debe necesariamente al éxodo de familias que vienen a El Paso desde Juárez.
Escobar aclara, “El distrito ha seguido creciendo. Aún antes de la reciente turbulencia en Juárez hemos crecido un tres por ciento anual, hasta por unos 1500 estudiantes por año. Así que no se debe necesariamente a los estudiantes que vienen de Juárez”.
Mariana y su familia llegaron a los Estados Unidos con solo su visa de turista. Mariana tiene una hermana menor inscrita en la Primaria Bill Sybert y una hermana de 21 años que tiene que quedarse en casa porque no tiene permiso para trabajar aquí ni tampoco sabe el idioma. Actualmente alquilan un departamento en el este de la ciudad.
Declara Escobar, “Con la construcción del Periférico 375 se ha urbanizado el este de la ciudad. Muchas familias militares eligen vivir en el este. Hay un hospital nuevo Sierra Providence, así que hay muchas razones que se ha urbanizado el este siendo éste principalmente nuestro distrito escolar. Qué si hay estudiantes provenientes de México, seguro que sí. Pero, si es la mayoría de nuestro crecimiento, creo que no”.
Aunque las cifras indiquen un aumento de hispanos en los programas ESL y LEP [con limitado desempeño en inglés] no hay modo de reportar los números exactos de estudiantes que se trasladan de México. Una petición de Borderzine al distrito pidiendo información pública fue negada alegando que el distrito no documenta los estudiantes que vienen de escuelas mexicanas.
Mariana comenta, “Hay muchos estudiantes de Juárez con historias como la mía, por eso no me fue difícil hacer amigos aquí”.
Un maestro de El Dorado, quien pidió no divulgar su nombre, dijo que de verdad hay un gran número de estudiantes en El Dorado que vienen de escuelas mexicanas que confrontan muchas dificultades al adaptarse a un sistema escolar nuevo.
“Una  cosa es el idioma, pero otra es asimilación; extrañan su cultura; no quieren estar aquí. Es cosa de toda de su vida, sus padres, su modo de pensar”, sigue el maestro. “Hay estudiantes aquí que sé que son de Juárez, Chihuahua, Parral y lo más difícil es la asimilación”.
Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información la municipalidad de donde viene Mariana tiene una población de 10,953 personas y 29 escuelas. El pueblito pequeño de donde era vecina Mariana tiene una población aproximada de 385 personas.
Para Mariana inscribirse en El Dorado, una escuela de 3,123 inscripciones en 2009 – 2010, representa un cambio drástico. El Distrito de Socorro en sí cuenta con 45 escuelas.
“Los primeros meses fueron muy difíciles”, dice Mariana. “Unos maestros me trataron mal por no saber inglés”.
Mariana, ahora de 16 años, recuerda un momento cuando una de sus maestras no le creía que no sabía inglés y la humilló ante la clase entera. Después de consultar con un instructor de ESL [inglés como segundo idioma] esa maestra ahora confirma que Mariana entienda sus ponencias. A veces hasta le traduce las pruebas.
Cynthia López, subadministradora de educación secundaria del Distrito Escolar Independiente de Socorro, dice que el distrito se está preparando para adiestrar a todos los maestros de métodos educativos para enseñar a los alumnos que hablan un segundo idioma.
“La mayoría de los maestros ya están preparados. Empezamos esto hace ya cinco años. El objetivo era asegurar que aunque tuvieran sólo uno o dos ó 10 ó 12 estudiantes en su clase podrían enseñarles a esos estudiantes cómo hablar inglés”, dice López.
Algunos de los maestros de Mariana sí le ayudan pero también tiene que tratar con aquellos que le hacen la vida pesada por no poder hablar bien el idioma.
“Hace unos seis meses le dije al maestro de drama que no le entendía y me dijo, ‘te lo traducimos’. Luego simplemente se fue. Sigue tratándome igual pero ahora simplemente no le hago caso”, dijo.
Mariana no sólo tiene que enfrentarse a todos estos cambios, sino que tiene que soportar los comentarios que dicen de ella ya sean los maestros o sus compañeros de escuela. Ha escuchado a sus compañeros decirle que es de “rancho”.
“Asimilarse a los otros muchachos que principalmente hablan inglés es difícil. Están muy inseguros entrando al segundo año cuando tienen que estudiar alocución”, dice un maestro de El Dorado. “Muchos de mis alumnos me decían, ‘le va a tocar a él y no sabe mucho inglés’. Para entonces ya entienden el idioma así que pueden entender esos comentarios. Así que se inhiben y es muy difícil sacarlos de eso.”
Después de meses de frustraciones y lágrimas Mariana ahora parece tener más confianza en la escuela. Algunos maestros y compañeros le ayudan traduciéndole lo que aún no entiende bien.
Poco a poco su inglés y sus calificaciones van mejorando. Tiene que hacer esfuerzos dobles en todas las materias porque tiene que entender la materia además del idioma. Desde que empezó sus clases se queda hasta tarde en la escuela junto con los otros estudiantes de ESL [inglés como segundo idioma] para mejorar su inglés.
Ahora que está en una escuela americana, piensa aprovecharse de todas las oportunidades que se presentan. Dice que se va a mantenerse fuerte por encima de todos los obstáculos que se presenten en su nueva vida.


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