Sin oponer resistencia de ningún tipo, Sergio Villarreal Barragán, alias "El Grande", fue capturado el día de ayer junto con dos cómplices por elementos de la Marina-Armada de México en una vivienda del fraccionamiento Puerta de Hierro, en Puebla. De acuerdo con el contraalmirante José Luis Vergara, jefe de Unidad de Comunicación Social de la Secretaría de Marina (SEMAR), la captura de Villareal fue resultado de un trabajo de 10 meses de inteligencia, en el que se obtuvo información de diversas personas. Edgar Valdéz Villareal, “La Barbie”, no brindó ningún tipo de información que ayudaría a la detención de “El Grande”.
Sergio Enrique Villareal Barragán, un hombre de más de dos metros de altura y de 115 kilos de peso, es un ex agente de la PGR y de la Policía Ministerial de Coahuila que empezó a involucrarse con el narcotráfico desde que fue asignado como policía de Torreón en 1995.
Tras la muerte de Amado Carrillo Fuentes, 'El señor de los cielos', Villareal Barragán desbancó a Vicente Carrillo Fuentes de esa célula delictiva y se convirtió en el nuevo líder del cártel de Juárez, que estableció su control en Durango y operaba directamente en Coahuila y Chihuahua, desde donde enviaba cargamentos de drogas a Estados Unidos. A su vez, "El Grande" es el principal operador y jefe de sicarios de lo que hoy se conoce como el Cártel del Pacífico Sur. Sus áreas de influencia son el Estado de México, Guerrero, Nuevo León, Puebla, Sonora, Sinaloa, Quintana Roo y Morelos. Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, el mando del cártel recayó en su hermano Héctor, quien convirtió a "El Grande" en su mano derecha.
Villareal Barragán está relacionado con al menos siete averiguaciones previas de la PGR, y cuenta con orden de aprehensión vigente, emitida en el DF, por violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, delitos contra la salud, la vida y la integridad corporal.
“El Grande” fue presentado esta mañana en las instalaciones del Centro de Estudios Superiores Navales, en compañía de sus dos cómplices, Jesús Enrique Jurado Torres y Ramiro Cisneros Aguirre. El gobierno federal ofrecía 30 millones de pesos a quien diera información sobre su paradero.
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